1. Los niños de hoy no saben lo que es no vivir con Internet
Conocí Internet cuando mi mamá finalmente se dignó a
prestarme la única computadora de la casa, recién conectada por módem. Mi
consumo fue en incremento, sin duda, pero los primeros años era más bien menor.
Los niños consultábamos Encarta si teníamos suerte, pero más
bien debíamos buscar la enciclopedia
impresa del estudio, ir a la papelería por monografías o consultar libros en la
biblioteca.
¿Ponerse de acuerdo por Skype? Más bien hablarle por teléfono a Susy para que su mama te la comunique.
Los niños de hoy no conciben un mundo sin Internet. Es como
cuando te pedían que te imaginaras los días en que no había teléfono y los
imaginabas color sepia.
*Lo mismo va para el resto de la tecnología. Yo aprendí a
operar una computadora en la clase de Miss Lupita, que nos enseñaba en MS-DOS.
Ahora los niños llevan sus iPads a la escuela. O sea.
2. La televisión
La “caja idiota”
ha cambiado mucho desde mis años mozos.
Para empezar, ya todo el mundo tiene cable/satélite o aún peor, Apple TV o
Netflix. Es decir, tener que ver “partidos políticos” porque se acabaron las
caricaturas de la tarde ya no es un problema para los niños de hoy.
Aunado a eso, los días en que todo tu horario giraba
alrededor de Pete & Pete (ya en los tiempos del cable) quedaron en el
olvido. Gracias a TiVo o Internet, los chicos de hoy pueden ver sus programas
favoritos cuando quieran.
3. Plutón ya no es un planeta.
Y aún no lo creo.
4. Los niños tienen celulares
Más tarde, entrando a la adolescencia, los celulares ya no
eran tabicones pesados y delicados (además de caros) por lo que mis padres
consideraron regalarme un pequeño Nokia amarillo que reproducía “Carnival” de
The Cardigans cuando me hablaban.
Ahora los niños antes de los 10 años tienen su propio
teléfono. ¡Y además inteligente! Increíble.
5. Las redes sociales
En mis tiempos había mayor control de la información que se
sabía sobre ti. Es decir, a menos de que tu confidente de secundaria fuera a contar
tus secretos, o que cometieras una indiscreción al contestar el “chismógrafo”
de tu salón, estabas más o menos a salvo.
Ahora todo está en Facebook. Y en lo que cambias tus niveles
de privacidad, seguro algo se cuela.
Peor si eres molestado, o padeces de “bullying” como le
dicen ahora. Los niños de hoy no sólo deben lidiar con que les peguen chicle en
el pelo, sino soportar la tortura digital por múltiples canales. Pobres.
6. La música
Cuando eras un niño y te hacías poquito más grande, era
súper emocionante pensar en “ir a cambiar discos al Chopo” o si eras más fresa,
ir a dar vueltas al centro comercial y escuchar los CDs más recientes en los
audífonos de Mixup.
Porque veníamos de robarles el walkman a nuestros hermanos o
primos mayores para escuchar cintas que ahora nos da pena admitir.
Por eso, la llegada del mp3 fue lo mejor que nos pudo pasar
a todos los pubertos, con la pequeña inconveniencia de la eternidad que tomaban
en descargarse. Y que el amarguetas de Lars Ulrich arruinara toda la diversión
con sus demandas contra Napster.
Ahora los niños compran música con tarjetitas plásticas pre
cargadas desde la cuenta de iTunes de sus papás.
Finalmente, para que llores, el nostálgico comercial de
Internet Explorer sobre la niñez noventera:
Escobar A. "Seis diferencias entres los niños de ahora y los de los 90" (online) Recuperado de: http://www.swagger.mx/
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